No es menos cierto que el combustible en este tiempo ha tenido alzas importantes a nivel mundial, sin embargo, existe uno de ellos que sin duda ayuda a muchísimos hogares en el mundo a poder optar mediante algún artefacto a base de este combustible que se considera en estos tiempos como indispensable para usos tan importantes como lo es el cocinar; además de ser tan necesario en los lugares donde comienza el invierno y las bajas temperaturas hacen los suyo, como por ejemplo en mi país Chile, con lo anteriormente dicho me refiero al Gas Licuado de Petróleo o también conocido como GLP contenido en cilindros portátiles.
En base a lo anterior y entendiendo la cercanía que podemos tener con este producto en el diario vivir como respondedores de emergencias, me permito poder hacer algunas preguntas que nos permitirán reflexionar cuan preparados estamos para hacer frente a este tipo de eventos y cuan preparada esta la población para utilizar este producto de manera segura.
Lo primero que debiésemos preguntarnos está asociado a ¿cuánta claridad tenemos sobre la “peligrosidad” de este producto y si refiere algún cuidado especial en su actuar?
Es una buena pregunta, en lo que concierne a mi país Chile (les comparto esta realidad con la finalidad de poder cotejarla con la vuestra y sacar conclusiones en base a similitudes o posibles mejoras) podemos decir que existe una normativa regulatoria clara que mandata a las empresas asociadas a la distribución y venta de este producto, que si bien desde la industria cumple con todo el proceso estandarizado y normalizado que mantiene nuestro país (al igual que en muchos países del orbe), pasa que después de esta salida a la venta y en manos de los usuarios finales o ciudadanos comienza lo más “peligroso”.
Si, aunque parezca extraño, acá empieza de alguna manera la parte de la “peligrosidad” del producto (se preguntarán el ¿por qué?), sencillamente porque pueden y existen malas prácticas por parte del usuario final, que hacen que el combustible dispuesto en el interior del cilindro de GLP se escape produciendo una fuga o algún evento mayor producto de la acumulación de gas en el ambiente; y ¿cómo sucede esto? o ¿por qué pasa esto? (estas malas prácticas).
El como sucede, puede darse probablemente producto de las creencias “populares” que pasan de “voz en voz”, donde se manifiestan y se comparten entre los usuarios ejecuciones que “harán que el producto contenido en el cilindro portátil de GLP dure más” cómo, por ejemplo: colocar el recipiente (cilindro) de manera horizontal y no vertical para el uso domiciliario (entiéndase cilindros portátiles de 5 a 15 kg) donde en esta acción se atribuye que el contenido en su interior se consumirá de manera íntegra, otra de las malas prácticas que me ha tocado presenciar, es posicionar los cilindros a dentro de tambores que tienen agua caliente en su interior y que la mantienen constantemente hirviendo para hacer que el contenido del cilindro gasifique de manera más “rápida”, además de “completa”, entre otras prácticas que me ha tocado poder observar.
Ahora por que pasa esto, dentro de todos los datos que hemos analizado se puede entender en una primera instancia que solo trata de una creencia popular para poder obtener el “mejor” rendimiento del interior del cilindro en el consumo total del producto, esta carece de todo argumento técnico, es ahí donde nace la importancia de que las labores de prevención por parte de los organismos técnicos privados y gubernamentales sean de manera constante sobre la población, con el fin de erradicar las malas prácticas que pueden hacer que esto desencadene en un evento indeseado en donde involucre a más de un usuario.
Continuando con la pregunta inicial en su parte que hace referencia a que si tenemos algún cuidado especial en su actuar, en este caso y entendiendo la problemática anteriormente planteada, asociada a las más prácticas, es evidente que tenemos que tener un cuidado especial al momento de responder a este tipo de emergencia; a parte de los riesgos propios del producto en sí, debemos sumar los posibles actos irregulares que se ejecuten sobre la instalación que hace que el cilindro portátil tenga una mayor probabilidad a fallar, por tal nuestro actuar debe ser mucho más cuidadoso y de manera defensiva, más que lo normal, cumpliendo con todos los equipos de protección personal dispuestos para tales efectos, sumado a ellos los analizadores y detectores disponibles. (Procedimientos y protocolos)
Todo esto (malas prácticas) se puede ver potenciado por lo expuesto en su inicio, donde manifiesto sobre el aumento del valor de los combustibles y que hacen que la probabilidad de intervención de los cilindros para poder obtener un “mejor” rendimiento aumente.
A modo de conclusión, es posible señalar que entre menos educación exista por parte de los organismos de emergencia a la población, más reactivos seremos como respondedores y no basta con solo saber apagar bien los incendios, sino que es ver más allá, se trata de anticiparse, que las emergencias disminuyan, por sobre todo las que tienen por origen actos irregulares o malas prácticas.
Espero esta reflexión sea de vuestro interés,
Franco Arellano Durán. Es analista en gestión de riesgos de emergencias en materia de Gases Combustibles. Es miembro del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso (Chile)